La belleza cíclica
Quizás tan solo han sido unos meses pero en mi cabeza ha pasado por lo menos una década hasta que al fin he decidido sentarme de nuevo a escribir. Cada vez que lo intentaba, durante el último año, todo acababa en una tormentosa lluvia de excusas para no hacerlo o en un fatídico desenlace. ¡Y no es porque no tuviera cosas que decir! ¡Madre mía! ¡Si es que tenía tantas cosas bailoteando en mi sesera que no sabía por dónde comenzar!
La escritura siempre ha llegado a mí de forma vertiginosa y urgente. Casi nunca las aguas estaban calmadas cuando decidía ponerme a relatar mis vivencias. No, no, no. El paisaje era pantanoso y el terreno solía estar lleno de fango, era ese mi escenario favorito para empezar a escribir. Si el viaje realmente había merecido la pena había que salir de allí con las botas llenas de barro. Era entonces cuando la escritura se convertía en algo físico, podía sentir las palabras agolpadas en la garganta hasta que las invitaba a salir.
Esta vez no ha sido distinto. Esta semana ha estado cargada de acontecimientos tristes e inesperados que han dado pie a que esté tecleando este post con suma rapidez. Hoy necesitaba hablar aunque no hubiera nadie escuchando al otro lado. “Ten la muerte siempre presente” es una frase que llegaba a mi cabeza con frecuencia en estos días. Y es que es cuando uno vive de cerca la muerte cuando esta nos despierta un importante recordatorio, una de esos mantras que deberíamos repetirnos a diario, “vivir es urgente”.
Siempre que descubro al fin de la vida aproximarse me gusta arrojar un poco de luz a este incuestionable suceso que todos experimentaremos alguna vez, pero no viviéndolo como algo trágico, sino más bien, tratando de acercarme a él con una mirada próxima al hinduismo, al budismo o incluso a la propia ciencia, como una transición cíclica que origina nueva vida.
Hoy me apetecía compartir con vosotros algunas cosas que hablan sobre la muerte pero que, cayendo en el romanticismo, me han acercado a comprender y a amar más la vida en estos años;
1. No te acabes nunca de María Leach, un poemario al que regreso a menudo cuando busco consuelo y que habla sobre la pérdida inesperada de una persona amada. “La muerte a destiempo, cuando no puede inscribirse dentro de ninguna ley que la explique y cambia radicalmente el rumbo de las cosas. La cruel desaparición de alguien cercano y el inicio de un proceso tan largo como sombrío en el que la superación parece un término imposible. Pese a todo, los años nos enseñan que hasta en el peor de los escenarios, la vida sigue adelante”.
2. Una canción que descubrí esta semana de un compositor de Túnez llamado Dhaffer Youssef y cuyo sonido me removió por dentro. La letra también habla sobre la muerte y aunque no podamos descifrar al completo su significado me parece increíble cómo a través del sonido y el canto alguien es capaz de explicar sus emociones y conectar con aquellas personas que incluso no compartimos su lengua.
3. "I Origins" Una película que me emocionó y en cuya trama se trata de descifrar la existencia o no de otras vidas y la posibilidad de la reencarnación. El sonido que acompaña al film también es precioso. “A lo mejor el ojo sí que es como una ventana al alma.” "Creo que nos conocemos desde siempre. Cuando se produjo el Big Bang todos los átomos del Universo se mezclaron en un punto muy pequeño que explotó y se expandió. Así que nuestros átomos ya estaban juntos entonces y probablemente se hayan mezclado varias veces en los últimos 13 mil millones de años . Mis átomos ya conocían entonces a tus átomos y se han conocido desde siempre. Mis átomos siempre han amado a los tuyos".
4. Una extensa charla del escritor, humanista y econominista José Luis Sampredo y una invitación a vivir la vida, pero no de cualquier forma sino de forma digna. Escuchar el repaso de su vida me hace pensar en la importancia del pensamiento propio y el pensamiento crítico como eje central para vivir la mejor vida que podamos tener. “El día que se nace se empieza uno a morir”.
5. "Vacuum" (Vacío) Un cuadro del pintor Henrik Uldalen que me hace pensar en la muerte de los cuerpos y su regreso al cosmos y al origen del universo como polvo de estrellas y nebulosas. El movimiento cíclico de la vida y la belleza.
Recordad que la vida siempre,
siempre se abre camino,
incluso en el peor de los lodos.
Un abrazo sincero.
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